Sin vida

Sí, me han arrebatado mi motivo para seguir viviendo. En estos momentos, mi pequeño está en una habitación ajena y seguramente hostil, y habrá sido zarandeado, abierto y explorado en contra de su voluntad. Encima habrá tenido que oír que no sirve para nada, porque no habrán tenido la decencia de haber hablado de sus problemas con cuidado de que no se enterara. Ahora se sentirá solo, dolorido, decaído e inservible. No me tiene a mí para darle amor y cariño. Y estoy segura de que me echa tanto de menos como yo a él.

Mi pobrecillo, cuántos buenos ratos hemos pasado juntos. Sé que volverás a mis brazos, pero por ahora sólo puedo recordar y esperarte. Sé que cuando vuelvas no serás el mismo, que te habrán borrado la memoria, pero no importa, yo te haré recordar lo que un día fuiste, conmigo, lo que un día fuimos los dos. Y nos reiremos de todo esto, te lo prometo.

Sin ti no es lo mismo. Te necesito conmigo.

Entrada dedicada a mi queridísimo portátil.

¡Aguanta, pequeño, y todo volverá a ser como antes!