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Ese aparato del infierno...

Hoy, mi madre ha rematado mi autoestima de por sí algo tocado. Yo la oía caminar por el pasillo. Si viviera en una película, la música hubiera ido aumentando su volumen hasta llegar a su apoteósica entrada por la puerta del salón. Sí, sería una musiquilla de "huye, por tu psicológico bien, HUYE" que tenía que haber sonado y no sonó, y, claro, yo sin banda sonora no me entero del peligro. Y no, no tiene nada que ver con algo que pudiera hacer. Mucho, muchísimo peor. Abrió la boca, y dijo las palabras mágicas:

- ¿Sabes que tenemos un peso nuevo?

Chan, chan, chaaaaan. Se masca la tragedia, ¿verdad? Yo, presionada por esta sociedad superficial, me levanté del sofá como con un resorte y, sonriendo en mi ignorancia (feliz ignorancia...), fui a probarlo. Me subí en él, tan nuevecito y tan digital... Y los números pasaron rápidamente de cero a... a...

...

Sí, el chocolate me ha traicionado. Pero una cosa voy a decir: a todos os pongo por testigos de que PASARÉ HAMBRE, cueste lo que cueste. Y lo voy a hacer. Vamos que si lo voy a hacer.

¿Cuánto peso? Nunca lo sabréis. Cuando recupere mi cifra habitual, os lo diré :)

1 garabatos:

Isabel

Todo lo que tenía que decir al respecto, te lo he dicho por msn. Pero aquí te dejo mi comment (vergu)

Mi quiere a Ti, aunque sea muy lerda (LLL)

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