Negociemos

El mundo pretende obligarme a seguir en esta vida. Bien, conmigo no funciona la coacción. Vamos a negociar. Esta es mi única condición:

Me niego a avanzar ni un sólo paso más hacia la edad adulta, hacia la toma absoluta de responsabilidades y preocupaciones, hacia una resolución de esta locura que vivo, hacia el final de mis posibilidades y mis puertas abiertas. ¿Un sólo camino? Eso no es para mí. Quiero mis idas y venidas, quiero mis altibajos, mis caídas al fondo del mundo y mis mil formas de volver. Quiero mis planes de conquista, mis ideas para enriquecerme de forma rápida y fácil. Quiero mis sueños. Quiero soñar con cumplirlos. En ningún momento pretendo recuperar la ignorancia infantil. Sólo quiero conservar mi inocencia y mis ganas de descubrir, de investigar, de experimentar, de viajar, de saber, y, en definitiva, de vivir.

Si el mundo pretende tenerme sobre él, exijo que congele el tiempo en este mismo instante. No voy a cumplir ni un sólo año más hasta que no haya hecho todo lo que quiero hacer, hasta que no esté preparada. Necesito tiempo para equivocarme. Se acabaron las decisiones precipitadas.

Exijo mi inmortalidad temporal.

Yureta genjitsukan nakushita mama de

Gareki no you ni tsumikasanaru kono kanshou wa doko e yuku?
Tsuieta kibou kakae akai ame o harai hashitta muchuu ni
Kuzureta kandou no hate ni
Nani o miru nani ga aru mada shiranai
Hakanai subete no inori wa
Tada mugon ni me no mae ni hirogaritsuzuketa